lunes, 14 de noviembre de 2011

Viven con el miedo a una explosión

Viven con el miedo a una explosión:

El robo de combustible, la proliferación de tomas clandestinas de hidrocarburo líquido y en fechas recientes de gas natural se convirtió en una bomba que pone en “grave riesgo” a la población de Hidalgo, donde existen 918 kilómetros de ductos, oleoductos, poliductos y 117 invasiones de vía.


Así lo considera Protección Civil del estado, dependencia que resalta que la entidad se vuelve más vulnerable al ubicarse aquí la refinería Miguel Hidalgo, en el corredor industrial de Tula-Atitalaquia, lo que representa para los delincuentes “una mina de oro”. Las tomas clandestinas se han incrementado, lo mismo que el tamaño del problema, el desfalco económico a la nación y el riesgo a la población es alarmante. En 2001, según reportes de Pemex, apenas fue detectada una toma clandestina, para 2010, Protección Civil recabó una estadística de enero a octubre de 38.


“El problema es mucho más grande de lo que nos podamos imaginar, son muchas las aristas desde el daño económico, pero sobre todo el riesgo a la población”, lamenta García Conde.


Las tomas clandestinas se diseminan por todo el territorio, algunas se han localizado por una falla y se ha comprobado que los delincuentes han montado incluso estaciones de servicio. Pero también, señala el titular de Protección Civil, hay tomas que están realizadas con tal perfección que no se detectan.

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